Hay veces en las que la vida te tiene esperando un futuro inesperado, ese es mi caso.
Yo desde los 14 años llevo formando parte de la junta de gobierno de mi hermandad, a la que sigo perteneciendo, fue una cosa así, como de rebote, y sin embargo hoy día es una parte indispensable en mi vida.
Son muchas las cosas que me han sucedido para pensar así, pero todas estas cosas se han ido juntando con forma, como si de puzzle se tratase, siendo el resultado de este un gran sentimiento. Un sentimiento de amistad, de superación, de reto..... este sentimiento yo lo llamo Felicidad.
A mi de siempre me han llamado la atención la artes plásticas que rodean la Semana Santa, teniendo siempre especial fijación por la talla. Poco a poco empecé a dar mis primeros pasos en este mundo gracias a la mano de mi amigo y apoyado en el hombro de mi familia. Camino difícil pero si se hace con apoyo, dedicación y amor, camino de flores.
Cierto día un golpe de confianza cayó sobre mi, con solo 18 años mi hermandad, esa gran hermandad, me dejó deslizarme por el mundo de la ilusión haciendome responsable de llevar a buen puerto el mayor de sus sueños, su paso para su Cristo.
Varios años dictan ya de aquella importante desición, y ese proyecto ya está finalizado.
MI hermandad no siendo coscientes de el gran regalo que me habían hecho encargandome dicho proyecto, este año 2007, me hicieron un regalo que jamás se borrará de mis pupilas.
Este 1 de Abril, Domingo de Ramos, fuí el encargado de llamar a un grupo de 36 corazones, para que junto al mio y muchos más, se levantara a nuestro padre Jesús de las Penas.
Ese golpe de llamador fue para mi el golpe de una meta, y a su vez el golpe de salida en el mundo del arte.
Pasarán muchas cosas por mi vida, pero esos tres golpes jamás se repetirán ni se borrarán de mi mente ni de mi corazón.
A todos los que me hebéis regalado este sueño, estaré agradecido mientras viva.
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